domingo, 11 de octubre de 2015

11 de octubre








11 de OCTUBRE

Mi método para enfrentar la insania y el caos mientras crecía
en un medio alcohólico era no encararlos. Me escapaba a un
mundo de fantasía de libros y arte y permanecía física y emocionalmente separado de lo que sucedía a mi alrededor. Mi familia podía pelear todo el día pero esto no me afectaba porque estaba muy lejos.
Cuando llegué a Al-Anon, los años de aislamiento me habían dejado cicatrices que no se curaban de la noche a la mañana.
Sufría de una baja autoestima, relaciones sociales deficientes
y falta de conocimiento de mí mismo, entre otras cosas. El ser
joven, homosexual y hombre acrecentaba mi sentimiento de
ser diferente en las reuniones a las que asistía. Estaba seguro de
que nadie podría ayudarme a menos que fueran como yo.
Al final encontré lo que creía que estaba buscando: una reunión de Al-Anon para hijos adultos homosexuales. Sentado en esa reunión semana tras semana y buscando nuevos motivos para sentirme solo y aislado, empecé a comprender dos cosas. Por más distintos que nos sintamos, todos somos muy parecidos. Por muy similares que parezcamos, todos somos muy distintos. Fue entonces que comprendí que mi problema no tenía nada que ver con la reunión a la que asistiera y tenía mucho que ver con mantener una mente abierta.

Pensamiento del día
Estar disponible para ayudar a muchos otros y ser ayudado
por ellos es fundamental para mi recuperación.
"Ahora comprendo mi naturaleza singular. Puede que no haya nadie más como yo en este planeta, pero con Dios a mi lado y como miembro de la hermandad, no estoy sola."

 En todos nuestros acciones: Pág. 117

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